Luz

Luz

miércoles, 15 de enero de 2014

La espina de la rosa

Yo fui un desierto
en tu oasis,
una hoja que cayó
en tu primavera,
el desalmado rostro
de la esperanza,
la parte mala
de cada una de tus cosas buenas.
Pero, que puedo decir,
si me enseñaste
a amar el otoño,
y me abrazaste cuando
las cosas iban mal.
Si me desarmas así,
yo sólo puedo aprender
a amarte como mejor sé
que es amando la belleza
de las pequeñas cosas
pero a lo grande,
como tú me enseñaste
a hacerlo todo.

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