Luz

Luz

miércoles, 30 de abril de 2014

Quizás nunca más, quizás solo hoy

Quizás sea el momento de agradecer
de disfrutar la brisa en la cara
o un simple atardecer.
De humedecer nuestros ojos
por cada momento bello
y de bañar con nuestra alegría
los ojos de los guerreros:
guerreros nuestros padres
guerreros nuestros amigos
guerrero hasta en la esquina
el más entrañable mendigo.
Porque detrás de mil luchas
se esconde una vida,
y detrás de la vida
un corazón coraza
que aguanta hasta
que un día
dice basta:
basta tanta inmundicia
y tanta desesperanza,
tantas lanzas recibidas
a mis guerreros,
mis vidas
mi esperanza.

viernes, 4 de abril de 2014

Amor de puño y letra

Es el amor lo único que me separa de la soledad.
O lo que me une más a ella.
Porque yo la amé con todo mi corazón
y ahora también la amo de puño y letra.
¿Se supone que debo olvidar ahora todo lo que vivimos
juntos
o separados por centímetros?
La piedra en la que estuvimos sentados no lo olvidará,
ni la noche que vivió nuestro primer beso,
allí, a la luz de una luna tan llena
como queramos imaginarlo ahora.
Para mí, era una luna tan grande
que tenía el tamaño de nuestros sueños.
De unos sueños que nunca se apagarán del todo,
todo lo que hace falta es no olvidar.
Porque me enseñó a amar la lluvia
sin hablarme.
Bueno, porque... ¿los besos no cuentan, no?
Ella, que me daba un abrazo si las cosas iban bien,
y dos si todo se torcía un poco.
Pero a su lado nunca se torció nada
ella se encargó de todo,
ella me enseñó a luchar por lo que amaba
y después luché por ella como me enseñó.
Pero hay algo que no pude aprender, o no quise:
luchar cuando no estuviera.
Cuando tuviera que recorrer otra noche
sin más compañía que mis recuerdos,
y sin más ensueño que mis rotos sueños.
El tiempo seguirá tan veloz como siempre,
y yo nunca podré aprender eso,
que hay despedidas que matan cada vez que se recuerdan
y reencuentros que reviven todo lo que había muerto,
espinas clavadas en cada vida llena de amor,
y amores de una vida que, un día,
aprenden a vivir sin aliento.
Y eso me pasó a mí,
aprendí a sobrevivir
sin su aliento,
sabiendo que ella siempre fue más independiente.
Porque
aún creo que puede volar...
y yo nunca pude volar solo.
Aún creo que puede soñar,
y que sola puedes hacer todo
lo que se proponga.
Pero la espina que me clavó, sin querer
parece tan independiente como
lo era ella,
pues cada vez está más profunda
en mi corazón.
Espero, sinceramente,
volver a inventarme otra luna,
para ti,
y otra noche, para los dos.
La roca donde nos sentamos
debe echarnos de menos,
Quiero volver a creer,
y volar juntos, hasta el final.
Sea lo que sea
lo que nos depare la vida.
Y a cada problema
izar tu sonrisa como bandera,
y nuestras ilusiones como defensa.
Mientras tanto,
te seguiré amando de puño y letra
con espinas
y sin medida...